Noviembre de 2010. Por aquel entonces estaba a punto de cerrar mi etapa profesional en el sector inmobiliario, a través de un empresario castellonense me surgió una oportunidad de negocio en Chile. Tras varios días en el país andino, aquella mañana nos dirigíamos a una cita, concertada con antelación desde España, en la entidad financiera con mayor presencia en Chile, el Banco Santander. Tras bajar del taxi, en pleno centro de Santiago, me quedé impresionado al comprobar que la gran mayoría de los edificios, a uno y otro lado de aquella calle, pertenecían al Banco Santander. Aquella mañana comprendí la verdadera dimensión de este banco global de origen español.
Ya en septiembre de 2014, camino de mi oficina, me quedé perplejo cuando Luis Vicente Muñoz anunciaba en Capital Radio, minutos antes de la apertura de la bolsa, que la CNMV suspendía la cotización de las acciones del Santander tras haberles sido comunicado el fallecimiento de su presidente, don Emilio Botín. Semanas después apareció en las librerías el libro que hoy reseño.
El autor
Jaime Velasco Kindelán es licenciado en periodismo y tiene un amplio bagaje como periodista económico: Director de Actualidad Económica, corresponsal de Expansión en Nueva York, redactor jefe de la sección de empresas de Expansión, responsable del suplemento semanal de economía de El Mundo, socio director de Kindelán Consultores…son algunos de sus cargos en su envidiable currículo.
El libro
La obra no narra sólo la trayectoria de Emilio Botín en el Banco, sino que cuenta también la historia del Banco Santander desde su fundación y, por ende, la de su padre y su abuelo.
Velasco Kindelán cuenta cómo Botín, tras su arribada a la presidencia del banco, rompe el statu quo y el pacto de no agresión que existía entre los 7 grandes bancos españoles de la época, introduciendo la libre competencia con la creación de la Supercuenta (cuenta que remuneraba a los depositantes con un atractivo tipo de interés), iniciando lo que se conoce en el sector como la guerra del pasivo. Con el nacimiento de la Supercuenta el Santander aumentó significativamente su cuota de mercado.
Su creación se planificó sigilosamente, y pilló con la guardia baja al resto de entidades financieras, entidades que tardaron demasiado tiempo en reaccionar, aturdidos por el directo que les propinó Botín nada más sonar la campana. Propio de alguien de quien siempre se ha dicho que su libro de cabecera era El arte de la guerra del General y estratega Sun Tzu.
Tras la guerra del pasivo, la estrategia elegida para crecer fue mediante la realización de fusiones y adquisiciones. La parte que menos me ha gustado del libro es aquélla que habla de la intervención de Banesto y su posterior adjudicación al Santander pues, a mi juicio, fue mucho más compleja y oscura de como en el libro se cuenta. Con el poder hemos topado. Y precisamente uno de los hombres más poderosos (tal vez el primero) de España era, sin duda, el desaparecido Emilio Botín.
He disfrutado con la narración de la compra del banco británico Abbey. Siempre me ha interesado la estrategia y la operativa de las fusiones y adquisiciones de empresas. Además, enlazando con la introducción de esta reseña, alejándome del libro y adentrándome en terreno personal, creo que deben ser muy rentables para juristas y consultores. Me explico, tras mí salida del sector inmobiliario, no fructificar la aventura chilena y finalizar mi MBA, en 2011 me tomé seis meses libres para mejorar mi inglés, tres de ellos en Nueva York, donde realicé un curso de inglés de negocios. Una tarde, presentados por un amiga común, me reuní con un empresario neoyorquino del sector del mueble que quería redefinir su estrategia empresarial. Al finalizar la reunión, me invitó a la inauguración de una exposición en Chelsea. Uno de los artistas era la hija de unos amigos suyos. Posteriormente, los padres de la artista me invitaron a una fiesta en su casa. Ubicada en el opulento barrio del SoHo, su casa, a la que se accedía en ascensor privado, ocupaba una planta entera del bloque, más de quinientos metros cuadrados de vivienda (el cuarto en el que guardaban las bicicletas era más grande que mi apartamento) en una de las zonas más caras de Manhattan. Su propietario (y padre de la artista) era una abogado experto, precisamente, en fusiones y adquisiciones.
Volviendo al libro, en el mismo se indica que, a día de hoy, el 50% del beneficio del banco procede de Latinoamérica, el 6% de Estados Unidos y el 44% de Europa. A España tan sólo es atribuible el 9% del beneficio del banco. Por lo que estamos ante un banco global de origen de español. Y es que, como he indicado en otras entradas en mi blog, las empresas, en una economía libre y global, no tienen nacionalidad, no son de un país o de otro, son de sus accionistas.
En la última parte del libro se cuenta cómo afectó a los clientes de la banca privada del Santander la estafa piramidal de Madoff en 2008. Incide en la importancia, para el futuro del banco, de saber adaptar las nuevas tecnologías a la gestión del mismo, algo que, según el autor, tenía muy interiorizado Emilio Botín. Finalizando, casi de forma premonitoria, con una reflexión sobre la sucesión en la presidencia del banco y dejando entrever las posibilidades de su hija Ana Patricia, lo que se produjo de manera precipitada tras la repentina muerte de don Emilio mientras este libro se encontraba en las cocinas de la imprenta.
EMILIO BOTIN Y EL BANCO DE SANTANDER. HISTORIA DE UNA AMBICIÓN
JAIME VELASCO KINDELÁN
PENGUIN RANDOM HOUSE GRUPO EDITORIAL
Una reseña de DAVID TORIJA