(Editorial escrita para Frikonomics)
La importada noche de Halloween es la línea fronteriza entre un ya agotado mes de octubre y un ilusionante mes de noviembre, al que saludamos con entusiasmo, ya que parece que va a estar lleno de oportunidades.
Su primera semana empieza fuerte en Valencia capital. El jueves día 3, no sólo será testigo de la celebración de la segunda edición de Digital Dumbo, además, la capital del Turia será el escenario de una nueva edición del Día del Emprendedor.
Las bolsas, después de unas jornadas de fuertes subidas tras la aprobación del enésimo plan de actuación ante la grave situación griega, se desinflan estos días tras el anuncio del primer ministro heleno de su intención de someter a referéndum los recortes exigidos por Europa, por lo que vuelve a instalarse la volatilidad (constantes cambios sin tendencia definida) en los mercados, para desesperación del pequeño inversor.
Precisamente los mercados están siendo diana de la ira incontenida de muchos de quienes están padeciendo la crisis con especial crudeza en sus propias carnes, orquestados, eso sí, por un populismo oportunista que habla sin rubor de la dictadura de los mercados.
Fue precisamente España quien vio nacer un movimiento que argumenta no sentirse representado con la clase política y que se ha visto replicado mundialmente en sus distintas variantes. Una tasa de paro del 21,52%, lo que significa que según la EPA (Encuesta de Población Activa) tenemos 4.978.300 parados (y los que se dejen en el tintero), justifica tal reacción. Pero ojo, cuidado con las medidas populistas y con las ocurrencias de turno porque, tirando del refranero español, puede ser peor el remedio que la enfermedad.
De ahí que sienta la obligación de recordar que el mercado es el lugar al que acuden las empresas en busca de financiación y los ahorradores en busca de un rendimiento para sus ahorros (es el vehículo que canaliza el ahorro hacía la inversión). Siendo el Mercado Perfecto (aquel en el que oferentes y demandantes cuentan con la misma información acudiendo en igualdad de condiciones) la situación ideal, y cualquier intervención beneficiará a una parte en perjuicio de otra.
Cosa bien distinta es que la ambición de algunos, haya transformado los mercados en una especie de casino, en el que todo vale, creando productos financieros(Turbos, CFDs…) que distorsionan el fin de los mismos.
Lo que es extrapolable a la banca, quienes, mediante operaciones de (la erróneamente definida como) ingeniería financiera, crearon productos financieros basura que colocaron por todo el mundo sembrando el germen de la enfermedad que hoy padecemos. De ahí que los ciudadanos, cansados de ver indemnizaciones “muchimillonarias” a directivos bancarios que han literalmente quebrado sus entidades con su mala gestión, reclamen a la banca el paraguas que les prestó un día soleado para quitárselo ahora que llueve.
Confiamos en que más temprano que tarde volverá a instalarse la racionalidad; y las Administraciones Públicas, empresas y ciudadanos seamos conscientes de que no podemos gastar más de lo que ingresamos; la banca volverá a cumplir con su función, prestar dinero; se fomentará (en lugar de penalizarse) el emprendedurismo, pues la pequeña y mediana empresa es la mayor fuente generadora de empleo…
Conseguiremos todo esto con gobernantes, políticos, banqueros, empresarios, directivos, trabajadores, en definitiva, ciudadanos todos, honestos y sensatos.
David Torija Pradillo
Frikonomics