Actualidad europea


Artículo publicado en http://www.frikonomics.com

El triunfo de Hollande en Francia parece abrir un nuevo escenario en Europa, al menos en lo que a la dialéctica se refiere, ya que se ha abierto un debate sobre dos políticas a seguir, dando por hecho que son medidas antagónicas: austeridad versus crecimiento.

A mi juicio austeridad y crecimiento no son incompatibles. Es más, creo que la primera es la base para que la segunda, el crecimiento, sea sostenido y sostenible y no sólo puntual. Pero creo que estamos ante una actuación populista que detrás del deseado crecimiento esconde, en realidad, el deseo de cambiar los objetivos de la política monetaria europea…  Intuyo que se pretende cambiar el objetivo principal de la misma, controlar la inflación y el déficit público, por un aumento del gasto público al más puro estilo keynesiano.

Incluso en España hay quienes abogan por regresar a la peseta para poder aumentar la base monetaria (mediante la puesta en circulación de una mayor cantidad de dinero) y para poder devaluar la moneda.

Tanto la devaluación de la moneda, como el aumento de la base monetaria (dinero legal en manos del público más el encaje bancario), como el aumento del gasto público producen un aumento general y continuo de los precios (consecuencia de un aumento de la demanda), que no es otra cosa que la temida inflación.

A lo largo de la historia podemos ver algunos ejemplos de lo que han supuesto este tipo de políticas.

Tras la primera guerra mundial, Alemania tenía que hacer frente a costosas reparaciones obligada por los acuerdos de paz. En el periodo comprendido entre 1914 y 1923, como consecuencia de una inadecuada política monetaria, entró en un proceso de hiperinflación. De tal forma que, las mujeres alemanas, antes de hacer la compra diariamente, tenían que buscar, en pizarras instaladas a tal efecto en las calles, el tipo de cambio de su moneda  (con respecto al dólar americano) para, a priori, hacer un cálculo aproximado de lo que le iba a subir el precio de la cesta de la compra ese día (y decidir si podían permitírselo o no). Situación que derivó en hambruna y que trató de solucionarse con la puesta en circulación de una nueva moneda, el Rentenmark, que cohabitó con el antiguo Reichsmark. Banqueros y judíos comenzaron a ser acusados de ser los responsables de la situación generada, lo que supuso el caldo de cultivo populista que permitió la llegada al poder de Adolf Hitler en 1933 y cuyas consecuencias son de sobra conocidas.

En España, durante la pasada legislatura, se creó el Plan E que, mediante un aumento del gasto público, posibilitó que las administraciones locales acometiesen obras a lo largo de toda la geografía española al objeto de reducir el desempleo. Plan que no sólo no fue capaz de parar la sangría del paro, sino que aumentó en sobremanera nuestro déficit público y cuyas consecuencias estamos pagando ahora.

En definitiva, un crecimiento sostenido y sostenible ha de tener una base sólida. Si gastas más de lo que ingresas, aunque en principio generes cierta ilusión, capaz incluso de generar empleo, estás posponiendo el problema y haciéndolo más grande.

A la llegada de Hollande hay que sumarle la más que probable salida de Grecia del euro.  Quizás se haya esperado demasiado tiempo para tomar esta difícil decisión. Han sido varias y cuantiosas las ayudas al país heleno, tal vez intentando salvaguardar los intereses de bancos franceses y alemanes, grandes tenedores de deuda pública griega.

La situación de Grecia ha puesto a España en el punto de mira. Si a esto le sumamos que el premio Nóbel de economía, Paul  Krugman, publicó el pasado fin de semana en el prestigioso New York Times un artículo en el que hablaba de la posibilidad de que en España se estableciese un corralito, ha llevado a la prima de riesgo española a superar esta semana la peligrosa barrera (aunque momentáneamente) de los 500 puntos básicos.

España no es Grecia. España, desde mayo de 2010, está acometiendo, con mayor o menor acierto, prácticamente todas las reformas que la Unión Europea le insta a llevar a cabo, con la excepción de la revisión del costoso sistema autonómico.

David Torija

davidtorija@hotmail.com

Acerca de David Torija

Economist and MBA. Business Development Manager, Advisor and Business Strategist. Passionate about Management, Finance, Marketing, Sales, Social Media, Writing and Public Speaking. Cross Cultural and Global Minded. Hard Worker. Entrepreneur. Optimistic, Enthusiastic: Always look on the bright side of life.
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