Habitualmente este espacio lo dedico a recomendar la lectura de algún libro, aunque, puntualmente, cuando la temática tiene algo que ver con el managment o el liderazgo, o, como es el caso, se trata de una obra excepcional, recomiendo alguna película.
Basada en una historia real, se trata de una película conmovedora, una muestra de lo que un padre es capaz de hacer por un hijo. Confieso que cada vez que he visto esta película, y han sido bastantes, no he podido evitar emocionarme. De ahí que me haya decidido a recomendarla en mi blog.
Chris Gardner, interpretado magistralmente por Will Smith, cometió un error e invirtió todos sus ahorros en comprar unos escáneres médicos pensando que se haría rico vendiéndolos. En realidad fueron dos los errores básicos en los que incurrió a la hora de emprender su negocio:
- Fabricar o vender algo que a nosotros nos parece que será exitoso en lugar de intentar de detectar una verdadera necesidad no satisfecha de nuestros clientes y buscar cómo cubrirla.
- Invertir en un gran stock, es decir, inmovilizar una serie de recursos, no productivos hasta su venta, cuya tenencia en el tiempo no sólo supone un elevado coste de oportunidad, sino que nos cuesta dinero.
Chris es incapaz de venderlos y sus dificultades económicas le cuestan su casa y, finalmente, su matrimonio.
Su mujer se marcha a Nueva York con una oferta de trabajo y Chris Gardner se hace cargo de su hijo. Con apenas un puñado de dólares en bolsillo, se queda en la calle, con un hijo pequeño al que dar de comer.
El protagonista identifica una oportunidad laboral en el sector financiero. Decenas de candidatos pelearán durante meses por un solo puesto. Chris establece una dura rutina para conseguir su objetivo. A primera hora de la mañana deja a su hijo en una guardería en China Town, aprovecha el trayecto para transmitirle enseñanzas. A continuación realiza un par de visitas para intentar vender sus dos últimos escáneres médicos, pero éstos están deteriorados.
Seguidamente, comienza su jornada comercializando, sin salario, productos financieros por teléfono para la empresa en la que aspira entrar. Como decía, sólo quien consiga mejores resultados entre decenas de candidatos, obtendrá un puesto en la empresa. Chris ni come ni bebe agua para no tener que ir al servicio y poder apurar más el tiempo. No puede hacer horas extras pues ha de salir corriendo a recoger a su hijo y ha de correr con él para no quedarse sin sitio en el albergue para personas sin hogar en el que duermen.
Se pasa las noches enteras arreglando los escáneres médicos y estudiando la teoría del trabajo que aspira a conseguir. Realiza todo ello sin descuidar ni un ápice lo que más le preocupa en la vida, proporcionarle a su hijo una buena educación. Me quedo con una frase que le dice a su hijo y que es para mí una verdadera lección vital:
“Nunca permitas que nadie te diga que no puedes hacer algo, ni siquiera yo”
El final de la película no os lo cuento, prefiero que lo descubráis vosotros mismos.
Os recomiendo ver esta película cada vez que os sintáis vencidos ante alguna dificultad, os aseguro que os recargará las pilas y os ayudará a retomar vuestra tarea con fuerza.
Yo he tenido el ejemplo en casa. Soy consciente de lo mucho que se han tenido que sacrificar mis padres por mí educación. Ahora que soy padre, aunque tengo el listón muy alto, sé todo lo que estoy dispuesto a hacer por sacar a mi familia adelante.
Reseña de la película En busca de la felicidad
Título original: The pursuit of happiness
Un artículo de David Torija