Desplome en la venta de vehículos

Artículo publicado en LaGaceta.es (agosto de 2010)

Según hemos podido conocer estos días, el mes de julio ha sido nefasto para el sector de la automoción en España. Tras diez meses consecutivos de crecimiento, la venta de automóviles descendió el pasado mes un 24,1% con respecto al mismo periodo del año anterior. Para más Inri, julio suele ser un buen mes en lo que a la compra de coches se refiere, lo que augura un futuro inmediato nada halagüeño.  Sólo se libran de la caída Canarias y la Comunidad de Madrid, que aumentan sus ventas un 25% y un tímido 1% respectivamente. Téngase en cuenta que la compra de vehículos en la Comunidad canaria, al no ser territorio de la Unión Europea, no está grabada con IVA, lo que como se verá más adelante, puede explicar su atípico comportamiento con respecto al resto de la geografía española.

Como se venía denunciando desde las asociaciones que agrupan a los distintos agentes del sector, se trata de una caída que era más que previsible y que puede que se agrave en los próximos meses. Éstas mismas han definido la situación como la crónica de una muerte anunciada o un espejismo de recuperación.  La explicación de lo sucedido es doble, por un lado como consecuencia de la retirada de las ayudas a la compra de vehículos y por otro, el aumento de tipos en el Impuesto sobre el Valor Añadido (en adelante IVA).

Con respecto a las ayudas a la compra de vehículos, el conocido como Plan 2000E, consistía en una ayuda por parte del Estado, la Comunidad Autónoma correspondiente y el concesionario de turno. Dos mil euritos en la mayoría de los casos, que venían muy bien y que llevaban al cliente potencial a tomar la decisión de comprar el vehículo, ya que, desde una perspectiva psicológica, influían positivamente en la realización de la compra en un momento de tiempo determinado, con un ahorro importante que, en el caso de demorar su adquisición, no se tendría.  Eso sí, con letra pequeña, que el cliente no suele leer: Estas ayudas tributaban en Renta; pero el flamante propietario de un coche nuevo decía al salir del concesionario que me quiten lo “bailao”…hasta que llegó la pesada digestión de la declaración de la renta, donde sin ningún género de dudas, marcaría la cruz en la casilla de jurar en Arameo.

En lo que al IVA se refiere, es un impuesto indirecto que grava el consumo y  es un peaje que tenemos que pagar por nuestra pertenencia a la Unión Europea. Gravamen que fue presentado, al más puro estilo de la España cañí, en aquella nochevieja del 86, por la polivalente (y socialista confesa), Concha Velasco, con aquella rancia canción que llevaba por título “que viva el IVA”. La sin par vedette,mientras cantaba las bondades del nuevo impuesto tralará, brindaba con quien por aquel entonces ocupaba la cartera de Exteriores a la par que protagonizaba los chistes de la época, Fernando Morán. En su afán recaudatorio que pretende solucionar en parte los desmanes del pasado, en lo que al gasto público se refiere, el gobierno subió, el pasado 1 de julio, los tipos del IVA, contribuyendo al malestar general y dificultando más aún la ansiada reactivación del consumo. Por lo que la compra de un vehículo pasaba de estar gravada, desde ese momento, del  16% al 18% de IVA. Por lo que la compra de un coche nos cuesta ahora un 2%.

Como fue una medida anunciada, a bombo y platillo, además de con mucha anterioridad, todo españolito que se precie que tuviera pensado comprarse un coche, ha adelantado la operación porque un 2% más duele, y  más aún con la que está cayendo. De ahí que en los meses inmediatamente anteriores a la subida del impuesto, se haya producido un aumento de las ventas, que no es más que un espejismo en un desierto en el que hemos creído ver un oasis inexistente. Ahora entienden por qué  Canarias, donde no hay IVA, no ha tenido el mismo comportamiento, ¿verdad?

Este comportamiento, sigue un patrón psicológico similar a la forma de actuar durante el boom inmobiliario, periodo en el que la gente se lanzaba apresuradamente a la compra de una vivienda porque el tiempo jugaba en su contra y, cualquier día que se dejase pasar, iba a reflejarse al alza en el precio del inmueble. Ahora que se ha dado la vuelta a la tortilla y que se tiene la sensación de que la vivienda no es una buena inversión, se demora la compra todo lo posible, porque se dice, se comenta, que el precio de la vivienda va a bajar más.

David Torija Pradillo

Acerca de David Torija

Economist and MBA. Business Development Manager, Advisor and Business Strategist. Passionate about Management, Finance, Marketing, Sales, Social Media, Writing and Public Speaking. Cross Cultural and Global Minded. Hard Worker. Entrepreneur. Optimistic, Enthusiastic: Always look on the bright side of life.
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