Artículo escrito para Frikonomics.com
Decíamos ayer…
Fieles a nuestra misión, hacer accesible la ciencia económica, exponemos una duda razonable acerca de la efectividad de una subida de impuestos como medida para lograr un aumento de la recaudación. Todo ello, como siempre, desde la más absoluta independencia.
Los impuestos son la principal fuente de financiación de los estados.
Podemos clasificar los impuestos en dos categorías: Directos e Indirectos.
Los impuestos directos son aquellos que recaen directamente sobre las fuentes de riqueza, la propiedad o la renta de una persona (ya sea física o jurídica). De ahí que esta tipología de tributo dependa del nivel de renta, poder adquisitivo y/o de las propiedades del obligado tributario (sujeto pasivo del impuesto). Son Impuestos directos el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF), Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI), Impuesto de Sociedades…
Los impuestos indirectos son aquellos que gravan directamente el consumo. Éstos, a diferencia de los anteriores, no tienen en cuenta el nivel de renta o el poder adquisitivo de quienes los afrontan. El ejemplo más claro es el Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA).
Emilio Botín pagará el mismo IVA por comprar una barra de pan (bien de consumo) que el mileurista Fulanito Fernández. No sucederá lo mismo con el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas, ya que la cuantía que pagará el señor Botín será muy superior a la de nuestro Fulanito.
La última subida del IVA (en julio de 2010) ha supuesto un aumento (menor de lo esperado) en la recaudación por este concepto de 6.800 millones de euros. Basándose en estos datos, el gobierno entrante (que ya ha subido impuestos directos como el IRPF y el IBI) puede caer en la tentación de promover una subida del IVA para aumentar la recaudación como arma para reducir nuestro déficit.
A mi juicio una subida del IVA vendría acompañada de dos efectos:
I.- Una reducción del consumo (ya que los bienes y servicios nos resultarían más caros).
II.- Un aumento de la economía sumergida, especialmente notoria entre algunos profesionales independientes ¿Les suena esta frase? “Si lo quiere con factura me tiene usted que pagar el IVA”.
En la misma línea argumental, un estudio del IESE afirma que por cada punto de subida del IVA, cae medio punto la producción y un 0,75% las horas trabajadas.
Y es que no siempre una subida de impuestos va acompañada de un aumento de la recaudación. El ejemplo más claro lo tenemos en la Unión Europea. La intervenida Irlanda durante mucho tiempo fue considerada como el tigre celta por su crecimiento económico resultado de su atractiva política fiscal. Con el impuesto de sociedades más bajo de la Unión Europea (y con el inglés como lengua materna) Irlanda atrajo a muchas multinacionales que abrieron sede (generando empleo) en suelo irlandés. Éstas trataban de imputar los beneficios generados en toda la Unión Europea en Irlanda (dado su bajo coste fiscal).
El tigre se desinfló como consecuencia de un desorbitado gasto público. No sólo se subvencionaba la maternidad, sino que se llegaba a premiar el hecho de tener un perro. Durante el tiempo que estuve viviendo allí, muchos irlandeses me aseguraban que les resultaba más rentable quedarse en casa cobrando el paro y las cuantiosas subvenciones gubernamentales que trabajar.
Irlanda, pese a ser acusada de dumping fiscal dentro de la UE, no renunció a su bajo tipo impositivo en el Impuesto de Sociedades, y hoy ya ha recuperado la senda del crecimiento.
Surge pues la duda razonable de si estaríamos ante una medida que pueda producir un efecto contrario al deseado.
David Torija Pradillo
davidtorija@hotmail.com